LA MISTERIOSA MUJER DEL SANTA LUCÍA:
¿GISELA O EVITA PERÓN?

Por Hans Fiebig Müller


Hace medio siglo que a los pies del Santa Lucía, por el lado oriente, se encuentra la escultura de una mujer, de apariencia Teutona. La escultura llamada Gisela por su escultor, que con los pies descalzos y vestido largo, mirando desde la ladera hacia abajo a los caminantes.

La historia que se cuenta de esta escultura es algo fantástica como para ser verdad, por lo que Alerta Austral ha realizado un trabajo investigativo para descifrar los orígenes de dicha bella mujer de bronce. Según cuentan los rumores de la época, la estatua habría sido encargada por la colonia alemana en 1949 como homenaje a Eva Perón, pero tras la demora en producir la obra, ya en 1951 el escenario político había cambiado y no era posible erguirla con dicho argumento, por lo que fue instalada bajo el lema de "Agradecimiento del Pueblo Alemán".

En el costado puede notarse aún la inscripción de la fundición alemana donde fue fundido y forjado. Tras la búsqueda en Berlín, la fundición aún existe. El hijo de Hermann Noack actualmente está a cargo del taller en Friedenau. Tras las consultas por la estatua, confesó que no hay mayor información, solamente el registro de la fecha y escultor que confeccionara la obra.

Siguiendo las consultas con la I. Municipalidad de Santiago, logramos conseguir la ficha con la historia registrada de la escultura, la cual exponemos a continuación:

"Giselle (sic) es la estatua que la colonia alemana residente, obsequió al pueblo de Chile en señal de gratitud, por la colaboración prestada durante la postguerra. Inaugurada a las 12 horas del 23 de agosto de 1957, en presencia del embajador de Alemania, señor Carl Von Campe; del Ministro de Relaciones Exteriores, señor Osvaldo Sainte Marie; de la alcaldesa de Santiago, señorita María Teresa del Campo; del Rector de la Universidad de Chile, don Juan Gómez Millas y otras autoridades. Anteriormente la pieza estuvo colocada en el hall de entrada del Ministerio de Relaciones Exteriores. Llegó a principios de 1956, enviada directamente por el Presidente de la República. Recuerda, en parte el envío de ayuda a los alemanes en el transporte chileno "Presidente Errázuriz, al que los niños de Hamburgo llamaron El Barco de Hadas", según palabras del embajador alemán Exmo. Sr Carl R. Von Campe en el discurso de inauguración".

Con estos nuevos antecedentes y con la sugerencia de la fundición H. Noack de Berlín, se tomó contacto con la fundación Gerard Marcks en Bremen, la encargada de mantener vigente los trabajos del escultor alemán que creara a Gisela. Tras semanas de búsquedas en los registros lo único que nos pudieron comentar que en dicha época y tras la guerra, eran numerosas las estatuas que se fabricaron como donaciones de agradecimiento a los países que ayudaron y acogieron a alemanes tras la guerra. Tanto en esta fundición, como en la fundación del escultor, no fue posible averiguar con precisión quién y por qué encargó hacer  la escultura investigada. Tal vez, ante la sorpresa del mito de Eva Perón, prefirieron omitir comentarios y no colaborar con más antecedentes.

Seguirá en la incógnita para quién se detenga a contemplar a Gisela a los pies del Santa Lucía, con quién realmente  se encuentra. Tal vez sea la inolvidable Evita que mirando a los visitantes.  Quizás, estuvimos a punto de tener en nuestra ciudad un homenaje a aquella mujer que fuera parte de la leyenda de una época de Corporativismo en el vecino país.


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