BENDITA ARGENTINA... MALDITOS VECINOS

Gustavo Burton


Como siempre lo ha hecho, nuestra historia nos entrega valiosas lecciones que la mayoría de las veces son desconocidas por nuestros políticos y autoridades. Lecciones sobre quienes somos es nuestro contexto nacional y continental, quienes son nuestros vecinos, que esperar de los llamados acuerdos bilaterales y que al final del día las personas no cambian tanto como se cree.

CUESTIÓN DE LENGUAJE

Aunque parezca algo obvio amable lector, sabemos que nuestras barreras idiomáticas, a nivel de lenguaje de negocios, no pasan más allá de un simple acento, es decir, al momento de sentarnos en una mesa de negocios o negociación con nuestros vecinos argentinos, por ejemplo, sabemos que en términos generales y en correcto castellano logramos un entendimiento simple, al margen de los intereses de cada parte.

Esta situación, evidentemente lógica, no resulta tanto si pensamos que en la historia reciente, nuestro país ha resultado desfavorecido en la mayoría de los acuerdos que ha sostenido, de manera “bilateral”. Están de ejemplos el acuerdo absurdo por la internación de gas argentino a Chile, las apropiaciones territoriales en Campos de Hielo y Laguna del Desierto, y el absurdo revisionismo de nuestras fronteras como está de manifiesto en la división poligonal propuesta y asumida como un hecho consumado.

Amable lector, me pregunto si en lo brevemente expuesto se dimensiona el real alcance que tiene esto, pues nuestra conclusión más apresurada es que a pesar de hablar castellano, en un correcto idioma de negocios, nuestra contraparte, o nosotros mismos, no entendemos los acuerdos en su real significado, no comprendemos que los acuerdos con Argentina nunca han sido respetados, que la llamada “agenda sin exclusiones” con Bolivia, se entiende como una salida al mar o que las conversaciones con Perú, luego terminan en una revisión de límites marítimos.

Como si se tratara de una torre de Babel Sudamericana, claramente vemos que el castellano que hablamos no es el mismo en Chile que en el resto del continente. Y nuestros políticos y negociadores no saben de historia. Pero esto es sólo el primero de los problemas.

EL TRAIDOR INTERNO

Que los significados y significantes chilenos no sean los mismos que los de nuestros vecinos es una cosa, pero aceptar que entre nuestros políticos hayan personajes dispuestos a negociar territorios o salidas al mar, entregando patrimonio que nos les corresponde es algo muy distinto. La visita de parlamentarios “diputados de la república" apoyando la salida al mar de Bolivia es una vergüenza y una traición, lo mismo que la traición de nuestro gobierno cobarde que acepta hoy la división poligonal de nuestros territorios de Campos de Hielo Patagónico Sur.

Son los traidores internos, los más peligrosos y los que causan el mayor de los daños, es un presidente Aylwin que acepta el arbitraje de Laguna del desierto y Silva Cima diciendo “que importa un pedacito de hielo más o menos”, es Eduardo Frei firmando un tratado con el “padrino” Carlos Menem para internar gas a sabiendas que las reservas de gas argentino tienen fecha de expiración, es Lagos vendiendo territorios a Douglas Tompkins, es Michelle Bachelet guardando silencio por el nuevo robo de territorio en Campos de Hielo Patagónico Sur, son los diputados y senadores que apoyan los intereses extranjeros y hacen oídos sordos a las necesidades de nuestro pueblo.

Para nuestra desgracia, históricamente siempre ha habido un traidor en nuestro país. Los ha habido en todos los gobiernos, fueron los que entregaron la Patagonia Chilena a Argentina, los que dejaban sin pertrechos a nuestros soldados durante las campañas de la Guerra del Pacífico, son los que restaron valor al sacrificio del teniente Hernán Merino, son los que ocultan los robos en el Ministerio de Obras Públicas, los que piensan que los más humildes de nuestro país pueden vivir en miserables casas de 10 metros cuadrados, sin agua, sin luz y sin alcantarillados.

El traidor interno estimado lector, es el más peligroso, y no caigo en redundancia al repetirlo, pues está en todos lados, en puestos de gobierno, negociando tratados comerciales, revisando fronteras, haciendo lobby a nivel internacional ofreciendo hasta los huesos de sus antepasados. Siempre con una excusa o motivo razonable.

POCO NACIONALISMO Y MALA MEMORIA

¿Nuestro país es un país con mala memoria? ¿olvidamos fácil a nuestros héroes? ¿desconocemos nuestra historia? ¿hay algo en nuestros genes mezclados que lo mezcla todo a la hora de mirar la realidad?. Algunos dirán que la memoria es privilegio de intelectuales y ancianos, pero sabemos que no es así. Quien ama a su patria, a su pueblo y suelo no olvida jamás, su pensamiento corre en una dirección, la de los intereses de Chile y su pueblo. No hace falta ser un académico para entender que Argentina nos roba territorios o que nuestros colonos dicen la verdad cuando afirman que gendarmes argentinos “corren el cerco”.

Es cuestión de sentido común combinado con memoria: ¿Cómo olvidar proteger nuestra patria, el legado de nuestros hijos? ¿cómo olvidarse de la gente desposeída? ¿cómo se puede olvidar que Chile es un país solitario rodeado por vecinos que solo buscan arrancar otros pedazos de territorio.

Un pensamiento nacionalista, con altura de miras no es sesgado sino estratégico, por ejemplo, sin pretender entregar un pensamiento simplista a un gran problema, podemos afirmar que el tema de la escasez y proyección energética de nuestro país pasaría por descartar la compra de gas Argentino-Boliviano, dejando de pagar el precio variable que hoy se paga. Y pensar en desarrollar plantas de termoelectricidad, mirar la energía eólica como alternativa, pensar en el desarrollo de una planta de energía nuclear, por explorar opciones fuera del Pacífico, buscando el autoabastecimiento. Buscando la independencia de nuestros medios, generando nuevos polos de desarrollo que potencien las fuentes laborales y comerciales en el norte y sur.

Por supuesto, la visión cortoplacista de nuestras autoridades, de los gobiernos de la concertación y de la supuesta “oposición de derecha”, carente de visión de país y soberanía será el mayor escollo que salvar.

Además de los ya conocidos traidores internos dentro de sus propias filas.

¿Poco nacionalismo o poco sentido social y de gobierno? Tal vez ambos. Todas las anteriores como alguien podría decir. Poco sentido de pueblo. Poco sentido de trascendencia. Poco amor por nuestra patria, en definitiva.

BENDITA ARGENTINA

Que nuestros gobernantes, ministros y autoridades chilenas hoy carezcan de agallas, visión y valor para defender Chile, no es un secreto, los nacionalistas de verdad entenderán esto: Sólo los nacionalistas de alma y sentimiento harán frente al desastre, a la crisis entreguista de los honorables traidores, al caos que viene y se levantarán estoicos para frenar el robo extranjero.

Recientemente en la prensa nacional, apareció una interesante noticia que detallaba cómo algunos personajes del gobierno argentino, encabezados por el subsecretario argentino de Tierras para el Hábitat Social, Luis D'Elía, iniciaban una arremetida para despojar de 296.000 de hectáreas al oscuro Douglas Tompkins.

La idea acá es expropiar al extranjero de los terrenos en los Esteros del Iberá, una región de bañados en la provincia de Corrientes, para crear un parque nacional. Esta iniciativa ya ha contado con acciones de protesta directas frente a los terrenos del millonario invasor, con cortes en sus alambradas e intervención en los caminos “privados” de sus terrenos.

Bendita Argentina, estimado lector, en nuestro país un diputado, senador, alcalde, concejal o autoridad de gobierno debería hacer igual, proteger a los colonos y habitantes de los terrenos aledaños a Pumalín y demás parques en propiedad de Tompkins. ¡Expropiar al extranjero que viola nuestra seguridad nacional dividiendo Chile! ¡A expropiar al que monopoliza la fuerza laboral de toda una región! ¡Fuera el que viene a transar bonos carbono, bonos de hidrógeno y bonos agua! Los nacionalistas iríamos en primera fila a cortar los alambres de púas, a botar sus estacas y abrir los canales.

Algo de esto nos puede servir de ejemplo. Independiente de la intención de fondo entre los parlamentarios argentinos, el hecho de hacer acciones para expropiar o frenar a Tompkins y sus secuaces ya tiene un valor. Es el hecho que tenemos que considerar.

ES TIEMPO DE NACIONALISTAS Y CONVERGENCIA

Estimado lector, a los problemas de lenguaje con nuestros vecinos, a la acción rastrera de los traidores internos y a la poca memoria se necesita una respuesta nacionalista.

Los nacionalistas sabrán que entre nuestros políticos hay mucha complacencia y poco valor. Y que sólo la unión de las voluntades nacionalistas pueden lograr un cambio real. El problema del lenguaje se soluciona con una voz firme y definitiva: NO ENTREGAREMOS NI UN CENTÍMETRO DE CHILE Y DEFENDEREMOS NUESTRA PATRIA FUERA Y DENTRO DE NUESTRAS FRONTERAS.

Hoy, hay un ejemplo a considerar. La historia nos enseña bien.


Centro Informativo de ALERTA AUSTRAL - Santiago de Chile - http://www.alertaaustral.cl - 2006