LITIGIO EN CAMPO DE HIELO PATAGÓNICO SUR:
BREVE RESEÑA HISTÓRICA

Benjamín González Carrera, investigador histórico y analista
Director del Instituto Histórico José Miguel Carrera
Director de la Corporación de Defensa de la Soberanía
Miembro del Consejo de Investigadores del Centro de Estudios Históricos Lircay
www.gonzalezcarrera.ciudad.org


Campo de Hielo Patagónico Sur... Este valioso territorio chileno, que corresponde a la segunda reserva mundial de agua dulce después de Groenlandia, algo que en estos años ha tomado mayor relevancia por la escasez de este elemento en nuestro planeta.

Después de la fundación del Fuerte Bulnes, hoy Punta Arenas, en 1843, Argentina comenzó a reclamar el Estrecho de Magallanes y la Tierra del Fuego como pertenecientes a su territorio. En 1881, Chile se vio forzado a suscribir con la Argentina el Tratado de ese año, en circunstancias que nos encontrábamos comprometidos en la Guerra del Pacífico contra la Alianza Perú-Boliviana. Por medio de este desastroso tratado, Chile regaló a su vecino todo el territorio Este, la Patagonia Oriental, sumando un millón de kilómetros cuadrados... Y sin disparar un tiro.

La Guerra del Pacífico nos proporcionó trescientos mil kilómetros cuadrados de territorio, pero con un costo enorme, pues murieron miles de chilenos en cinco años de cruentas batallas.

A la sazón, la Patagonia Oriental chilena era un extenso territorio despreciado por intelectuales como Diego Barros Arana, asesor del Presidente Federico Errázuriz Zañartu. Irónicamente, ese territorio entonces mirado a menos, es desde donde hoy nuestros vecinos del Este sacan gas de Neuquén y petróleo de Comodoro Rivadavia; con terrenos de pastoreo que garantizan el prestigio que caracteriza a la industria ganadera argentina y con miles de hectáreas plantadas de frutales de clima frío.

El Tratado de 1881 definía la frontera por la divisoria continental de aguas, sobre la cordillera de los Andes. Al observar posteriormente la Argentina que esta divisoria abarcaba valiosos valles ubicados al oriente del cordón andino, por el nacimiento de ríos al oriente que se devuelven al Pacífico, procedieron a impugnar el tratado para avanzar sobre territorios como el valle del lago Lacar, los lagos O'Higgins y General Carrera, y la posterior colonia de San Martín de los Andes, entre otros.

Pero las entregas no sólo sucedieron en territorio austral. En 1899, se estableció el primer sector de la frontera en la Punta de Atacama, territorio al interior de la región de Antofagasta y aledaña al Salar de Atacama, donde perdimos 60 mil kilómetros cuadrados de territorio, tras un polémico arbitraje realizado nada menos que por el representante de los Estados Unidos en Buenos Aires. Perdidos sólo para empezar a discutir nuevamente en un sector más al Sur. Al mismo tiempo, la Argentina propuso un cambio en la base de la fijación del límite, cumpliendo así con su antes señalado interés de impugnar la traza derivada del Tratado de 1881, esta vez desplazando la divisoria continental de aguas por el nuevo concepto orográfico, es decir, que ahora regiría la delimitación por las más altas cumbres de la cordillera que dividen las aguas continentales.

Este concepto de delimitación fue muy controvertido por las partes y luego por los peritos de cada país. Finalmente, por las Actas de 1898 firmadas entre los plenipotenciarios de Chile y la Argentina, don Diego Barros Arana y Francisco Pascasio Moreno respectivamente, se llegó a un acuerdo preliminar antes de proceder al arbitraje de Su Majestad Británica para resolver la nueva cuestión limítrofe, fallado en 1902.

Como resultado de todas estas cuestiones, desde Paso Socompa (por donde cruza el ferrocarril desde Antofagasta a la Argentina) hasta el lago Lacar de la cuenca del río Valdivia, se llegó al acuerdo de un trazado de frontera que, entre otras cosas, dejó íntegramente en territorio argentino a este lago. El resto del límite, al Sur, divide entre ambas naciones los lagos Palena, General Carrera, Cochrane y O'Higgins, además de dividir de igual forma once ríos que desembocan en el Pacífico y que, por definición, correspondían a Chile al ser enteramente pacíficos y no atlánticos.

Un detalle interesante es que ambas partes coincidieron perfectamente en la fijación de la frontera del sector de Campo de Hielo Patagónico Sur, que aproximadamente desde el oriente, se divisa en dos sectores de cordillera: en el tramo 331 del monte Fitz Roy y 332 del monte Stokes, el mismo que ya ha sido fijado en 1881.

Finalmente, el Laudo de 1902 ratificó la frontera antes descrita, por lo que perdimos otros 40 mil kilómetros cuadrados en la Patagonia chilena, que deben sumarse a los 773 kilómetros cuadrados que ya había perdido Chile en 1893 al aceptar el desplazamiento al Oeste del meridiano de la Tierra del Fuego.

Este arbitraje ratificó en Campo de Hielo Patagónico Sur la frontera ya fijada por los dos acuerdos legales anteriores (1881 y 1898), por lo que pasa a convertirse en "cosa juzgada". Es decir, que su límite ya no puede ser objetado por ninguna de las partes.

De este modo, el límite "definitivo" entre ambas naciones para el sector de Campo de Hielo Patagónico Sur, se inicia en el monte Fitz Roy, se dirige en línea recta de norte a sur por el monte Murallón, el Torino Este, Bertrand, Agassiz Norte y Sur, Bolados, Onelli Central, Spegazzini Norte y Sur, Pietrobelli, Gradner, Cacique Casimiro, Punta Ñ, Teniente Feilberg, Stokes y Daudet al comienzo de la sierra Baguales, donde se dirige al oriente y envuelve el Parque Nacional Torres del Paine.

En noviembre de 1965, más de ochenta gendarmes argentinos atacaron a una patrulla de cuatro carabineros en el territorio chileno de Laguna del Desierto, asesinando al Teniente Hernán Merino Correa. Se quedaron allí y nunca más salieron. El entonces Canciller chileno, Gabriel Valdés Subercaseaux, formuló una declaración oficial diciendo que Laguna de Desierto era territorio "incuestionablemente" chileno. El Presidente Eduardo Frei Montalva y el mismo Canciller Subercaseaux, sin embargo, permitieron el asentamiento de las fuerzas argentinas y esto fue el comienzo de la entrega de 650 mil hectáreas más para la Argentina.

En 1966, nuestros vecinos vuelven a reclamar territorio en la frontera del río Futaleufú, dando vuelta el triángulo limítrofe representado por el picacho de la Virgen que había sido establecido como cumbre fronteriza en el Laudo de 1902. Aunque desde 1941 las autoridades argentinas envolvían a la Comisión Mixta de Fronteras y Límites con esta monserga, fue finalmente un nuevo fallo británico emitido ese año de 1966 el que les entregó gratuitamente el valioso valle de California en Palena, zona que, entre otras cosas, produce frutales para la zona central.

La historia sigue en 1978, con una guerra que estuvo a sólo horas de estallar entre ambos países, cuando la Argentina rechazó el fallo del árbitro británico publicado el año anterior al ver frustradas sus pretensiones sobre las islas Picton, Lennox y Nueva del Canal de Beagle. De todos modos, con el Tratado de Paz y Amistad de 1984, consiguieron avanzar sobre el mar chileno al oriente del Cabo de Hornos y sobre la mitad longitudinal de todo el tramo Este del Beagle incluyendo sus islotes, a pesar de ser, en ambos casos, aguas del océano Pacífico.

En 1991, los Presidentes Patricio Aylwin Azócar y Carlos Saúl Menem firmaron un acuerdo para "estudiar" la frontera sobre Laguna del Desierto y Campo de Hielo Patagónico Sur. La urgencia de ambos mandatarios era pretender dar una solución rápida a todos los puntos limítrofes donde se consideraba que la frontera internacional estaba imprecisa, para proceder con garantías y tranquilidad, entonces, a un ambicioso plan de inversiones cruzadas que estaría respaldado por tratados de complementación económica y millonarios proyectos de integración, los mismos que hoy representan serias amenazas al interés nacional, como el frustrado Protocolo Grasífero de 1995-1996, y luego el Tratado de Integración Minera para territorio fronterizo chileno-argentino, cuyo primer engendro es el inquietante y polémico plan de extracciones de Pascua-Lama, al interior del río Huasco.

(Clic encima para ampliar mapa)

Producto de esta Declaración Presidencial de 1991, se creó un viciadísimo Tribunal de Río de Janeiro que, en 1994, decidió arbitrariamente que Laguna del Desierto pertenecía a la Argentina. Para nosotros, sin embargo, no se trata más que de territorio cautivo, pues este procedimiento fue absolutamente inconstitucional y sólo sirvió de montaje para dar un manto de aparente legalidad a una vulgar entrega de territorio.

En 1998, Argentina presentó por segunda vez un tratado en Campo de Hielo Patagónico Sur, llamado "línea poligonal" para el límite. Esta era la cuarta frontera que se trazaba allí por capricho del vecino, contando las delimitaciones establecidas en los distintos instrumentos jurídicos: en 1881, en 1898 y luego en 1902. La "poligonal" se suponía equidistante de ambas pretensiones máximas de cada parte (en realidad, repartía "equitativamente" sólo territorio chileno) desde el monte Fitz Roy, cruzando en ángulo recto en 27 kilómetros hacia el Poniente.

La ilegitimidad de esta propuesta linda en lo delirante a la luz de los antecedentes jurídicos e históricos correspondientes:

A pesar de todo esto, lamentablemente, el trazo sur de la poligonal fue aprobado por el Congreso de Chile y discutido además, sobre un controvertido mapa oficial confeccionado por la parte argentina, en el cual el monte Stokes de 2.380 metros de altura sobre el nivel del mar (ubicado frente al Canal Témpanos del brazo central del Lago Argentino), nombrado en las Actas de 1898, aparece señalado ahora con el nombre de monte Mayo, mientras que el nombre del Stokes original fue desplazado cerca de 50 kilómetros más al Sur, hasta alcanzar la cuenca del Pacífico y superponerse al monte Ohnet chileno, de sólo 1.920 metros de altura sobre el nivel del mar.

Con esta treta, aprobada por el Congreso de Chile, la Argentina quedaría a sólo 5 kilómetros del océano Pacífico a la altura de los fiordos Falcon y Calvo, cortando prácticamente nuestro territorio en dos. Además, establece un "bolsón" de territorio argentino que penetra entre este nuevo Stokes (Ohnet) y el Daudet, tomando 33 mil hectáreas al norte de nuestro Parque Nacional Torres del Paine y avanzando sobre la lengua glacial que abastece al lago Dickson, perteneciente de modo indiscutible y definitivo al sistema del Pacífico.

Por estas razones, por el gran perjuicio que significa para nuestra Patria la entrega gratuita de 1.300 kilómetros cuadrados de territorio chileno y de reservas de agua dulce, de suelo y de subsuelo con tesoros desconocidos, y por el corte de nuestra continuidad territorial, es que rechazamos tajantemente la firma a espaldas de nuestro pueblo de este humillante Acuerdo Parlamentario de 1998, más aún cuando se ha revelado que, desde entonces, la Comisión Mixta no ha actuado definiendo la frontera que se supone pendiente allí en la zona, al tiempo que la Argentina produce intensamente mapas cartográficos mostrando su pretensión ya oficializada en Campo de Hielo Patagónico Sur (violando las restricciones establecidas en el mismo instrumento), con lo que confirmamos nuestras denuncias sobre acuerdos ya finiquitados de modo confidencial con la Argentina para dar satisfacción a sus aspiraciones territoriales sobre este territorio chileno, a cambio de relaciones y acercamientos "estratégicos" que sólo han reportado fracasos y polémicas, especialmente por el incumplimiento permanente de parte del vecino.

Llama a meditar y a actuar con profundo dolor e impotencia la falta de valorización de nuestro territorio y el entreguismo de las autoridades chilenas, que han participado en todas estas entregas gratuitas de tierras a nuestros vecinos del Este, privando a todo el pueblo chileno de sus beneficios... Y, como siempre, sin disparar un solo tiro.

Chilenos: ¿A título de qué seguimos regalando territorio?


Centro Informativo de ALERTA AUSTRAL - Santiago de Chile - http://www.alertaaustral.cl - 2006