UNA RESPUESTA AL SENADOR
ALEJANDRO NAVARRO... ACUSO RECIBO

Cristian Salazar Naudón


No es novedad: la soltura de cuerpo y la falta de mesura de los políticos chilenos me tienen cada vez más perplejo.

Por más que intento explicármelo, únicamente concluyo en la baja calidad de la mayoría de nuestros representantes, violentando con ello uno de los principios más elementales y necesarios para el funcionamiento de la democracia en pueblos permanentemente afectados por la falta de educación, por las limitaciones de acceso a la cultura y a la información.

Por lo anterior, no puedo hacer menos que dejar testimonio de mi más completa estupefacción y rechazo a las expresiones vertidas por el actual Senador de la República, don Alejandro Navarro Brain -cuando aún era miembro de la Cámara de Diputados-, en un artículo de su autoría, donde echa al saco del anatema a todos quienes somos opositores al proyecto de monopolio territorial que sustenta en el Sur de Chile su amigo el empresario norteamericano Douglas Tompkins, llegando incluso a mencionar directamente a la Corporación de Defensa de la Soberanía, de la que soy su Secretario General desde hace seis años y miembro activo desde el año 1994.

Haciendo uso de una página web propia para formular la más irresponsable plétora de acusaciones infundadas y tan genéricas que, inevitablemente, tocan a todos y cada uno de nuestros organismos y miembros, el Senador Navarro se valió de la excusa de la oposición al proyecto del magnate en el territorio de Palena, bajo el título "Manifiesto por Pumalín y Corcovado", disponible a su lectura en la dirección web:

La aludida publicación parece de tal gravedad, gratuidad e infundio, que me permitiré responderla a título personal con el presente artículo, con la única intención de demostrar el nulo asidero en la lógica o la realidad que tienen sus afirmaciones.

EL "PROYECTO GONDWANA"... ¿EN QUE QUEDAMOS? ¿SI, O NO?

El Senador Navarro abre su trabajo acusando (en tono genérico, como siempre) a todos los opositores de Mr. Tompkins por tratar de explicar con teorías que "rayan en el delirio" las intenciones del magnate norteamericano, poniendo como ejemplo las referencias que con frecuencia se hacen sobre el llamado Proyecto Gondwana, un plan convenido entre todas las ONG's internacionales para la creación de un megaparque al Sur del paralelo 40º de Latitud Sur.

Respecto de este proyecto, escribe el parlamentario:

"Fue creado en Chile y Argentina con la más amplia transparencia, con el apoyo progresivo de ONG’s de los países implicados, constituyéndose como una iniciativa ciudadana que busca replicar la idea de los “santuarios balleneros” en tierra firme".

Lo curioso es que el señor Navarro, hasta hacía sólo unos meses antes de publicar este texto, reconocía no creer en la existencia del Proyecto Gondwana e incluso ironizaba contra quienes denunciaban la existencia del mismo relacionándolo con "teorías conspiracionales", algo que puede ser confirmado en una carta de su remitente publicada por el diario "La Segunda" hacia fines del año 2004, que pretendía poner en tela de juicio otra carta publicada por el mismo medio, del Secretario General del Instituto Histórico Arturo Prat, don Fernando Saieh Alonso, nuestro colega articulista aquí en Alerta Austral, quien comentaba la existencia de este proyecto, precisamente.

Esto significa que el mismo parlamentario que hoy se pone vehementemente del lado del Proyecto Gondwana y pretende dar clases sobre la conveniencia y el altruismo de dicho plan, ni siquiera tenía clara la existencia del mismo hasta sólo un tiempo antes de escribir su artículo, y lo consideraba una patraña de falsas conspiraciones (!).

¿CÓMO Y CUÁNDO SUPO EL SENADOR QUE EXISTÍA "GONDWANA"?

La citada carta del señor Navarro fue refutada por mi persona en la edición siguiente de "La Segunda", el 28 de diciembre de 2004, y puede ser verificada por cualquier lector revisando ese medio comunicacional. Allí le recomendé echar un ojo a la página web oficial del Proyecto Gondwana, donde seguramente Navarro -intrigado por mi sugerencia- descubrió que el plan era real y no un cuento de fanáticos... ¡Y advirtió de inmediato que era un fervoroso defensor del proyecto en el que hasta entonces no creía!. Notable

Pero hay algo peor: Salta a la vista también que el señor Navarro ha recogido lo poco y nada que demuestra saber del Proyecto Gondwana, desde una cita casi literal que toma de un importante y difundido artículo de la Corporación de Defensa de la Soberanía, titulado "El Fundamentalismo Verde", en el que se lee:

"En años recientes, se ha popularizado una propuesta internacional denominada "Proyecto Gondwana", que tendría por objetivo la creación de un parque mundial austral, al Sur del paralelo 40 del hemisferio meridional. Mientras en Chile los ambientalistas aseguraron en una de sus reuniones en Pucón, en 1999, que la idea del proyecto es de la escritora y ecologista Malú Sierra, en la Argentina se atribuye la misma, desde el encuentro de El Bolsón de abril de 2001, al dirigente ambientalista chubutense Lucas Chiappe. Lo cierto es que el verdadero origen del ahora llamado "Proyecto Gondwana" está en el calco de un plan norteamericano surgido en los sesentas, como un intento de frenar la caza indiscriminada de ballenas a través de la creación de un área marítima protegida al sur del paralelo 40".

Contradictoriamente, sin embargo, el parlamentario escribió sobre esta misma institución a la que debe su escaso conocimiento sobre el proyecto que tanto le convoca, en el mismo artículo:

"Contrariamente a lo postulado, por ejemplo, por la Corporación de la Defensa de la Soberanía, la realización del proyecto del Sr. Tompkins no constituye “entreguismo”, “abandono”, ni menos “desvalorización” de la Patagonia".

Es decir, Navarro se basa y se fundamenta en las mismas fuentes que pretende desacreditar y restar validez, lo que vuelve a poner a la vista su falta de indagación directa sobre este proyecto en el que se inscriben, precisamente, los parques de Pumalín y Corcovado, para los que recita este lacrimógeno "Manifiesto".  Notable revelación de alguien que concluye su artículo diciendo que oponerse a Tompkins "implica entregar nuestro patrimonio a depredadores, inconscientes y vendepatrias".

Al respecto, vale recordar también que muchos de los "vendepatrias" señalados por el parlamentario, hemos viajado varias veces a las zonas señaladas, tomando nota de la situación de los colonos y los territorios, financiando con nuestro propio peculio estos trabajos en terreno. No como muchos de los representantes de nuestra ilustre clase política, obviamente, que convertían las visitas "de inspección" a Pumalín y la constatación de la situación de los colonos de la zona, en regados asados de cordero al palo y vino tinto.

EL FANTASMA DEL "PLAN ANDINIA"

Agotados los pobres argumentos de Navarro en defensa de la pulcritud del Proyecto Gondwana, pasa después a revisar las denuncias en las que se vincularía la existencia del Parque Pumalín y otros monopolios territoriales privados de la Patagonia Chilena con lo que denomina "Proyecto Andinia", señalado como un plan de fundación de un Estado Judío en la Patagonia austral. Navarro procede a acusar a la generalidad de los detractores del magnate de estar difundiendo estas ideas con un criterio fantasioso y antisemítico.

Al respecto, sería interesante que el señor Navarro indicara directamente el origen y las fuentes concretas desde donde estaría proviniendo la información que condena tan inquisitivamente, a menos que esté buscando construir la imagen de una supuesta línea formal de argumentación entre quienes manifestamos pública y abiertamente la oposición a los ecocapitalistas extranjeros, a partir de lo que corresponde a opiniones individuales o, a lo sumo, ideas de grupos que no tienen la potestad oficial de representar el discurso permanente de quienes hemos trabajado por denunciar las infinitas arbitrariedades y nebulosas que involucran los negocios verdes de Mr. Douglas Tompkins en Chile, independientemente de que algunos integrantes o colaboradores manifiesten de modo personal no corporativo esta convicción y crean tener pruebas contundentes de su existencia.

Al parecer, el señor parlamentario nuevamente está pecando de fanatismo y mala documentación, al confundir dichos argumentos con las denuncias que hemos formulado en torno a la existencia y persistencia de brotes de secesionismo dirigido sobre la Patagonia Austral, no más distintos de procesos ya antes vistos en la historia de América como fue la separación de Texas y la creación de Belice, materias que -no nos cabe duda- no deben ser del manejo doméstico del señor Navarro.

Nuestras visiones están corroboradas, entre otros, por el prestigioso analista internacional mexicano Juan Enríquez Cabot, del Centro David Rockefeller para Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Harvard, quien publicó en la edición del cuarto trimestre de 1999 en Foreign Policy de Washington un artículo donde señala a Chile y Argentina como los países más propensos a una segregación territorial en el continente, con la posibilidad de la aparición de nuevos estados y modificaciones dentro de lo que hoy son sus fronteras políticas. Bien debe intuirlo de alguna manera el señor Navarro, que hace poco se cometiera en la cantinflada de partir con otros cuatro colegas hasta La Paz a ofrecer generosamente territorio chileno para la eventual "salida al mar" a la que aspira Bolivia, pasando por encima de los tratados, de la política oficial sostenida por la Cancillería y de la propia competencia que la Constitución le asigna a los legisladores. ¡Qué generosidad con lo ajeno!

Dentro de este pronóstico de reorganización de fronteras alcanzando al Cono Sur, la existencia o no de un proyecto sionista para crear un nuevo país en el Cono Sur pasa a ser un caso secundario o un ejemplo ilustrativo, pero la esencia del problema sigue siendo la concentración abusiva del territorio en manos particulares, como sucede exactamente con Pumalín, tan fervorosamente protegido por la pluma del Senador.

Cabe advertir que la acusación que el señor Navarro lanza al ventilador, permitiría aseverar que el propio Gobierno de Chile le ha dado tribuna y se ha prestado para atender supuestas argumentaciones antisemíticas o racistas, pues varios de nuestros grupos y centros se reunieron, durante el último trimestre de 2003, con el entonces Ministro Secretario General de la Presidencia, Francisco Huenchumilla, en distintas ocasiones, para exponer nuestros reparos al acuerdo con Douglas Tompkins que se proyectaba en esos días, con los mismos argumentos que siempre hemos ofrecido y que son de público conocimiento.

Quien escribe, lo hizo en ese mismo período en las propias oficinas del ministro durante el mes de octubre, en el Palacio de La Moneda.

POSICIÓN MESIÁNICA: LA OPOSICIÓN A PUMALÍN ES RACISMO

Insistiendo dogmática y paranoicamente en la presencia del "Proyecto Andinia" en el discurso regular de quienes nos oponemos a los planes de los ecomagnates en el Sur de Chile, Navarro salta con prisa a catalogar esta oposición dentro de:

"...una manifestación de antisemitismo y racismo intolerables y sumamente reprochables, que enloda la categoría moral de sus defensores".

Parece increíble que un parlamentario se permita con tal soltura e irresponsabilidad tan groseras imputaciones, cobardemente lanzadas a la generalidad y sin correr el riesgo de precisar fuentes y demostrarlas. De hecho, vuelve a exponer su desconocimiento supino sobre el verdadero grupo humano que ha sacado la voz por los detractores al capitalismo verde en Chile representado por Tompkins, pues recuerdo que al menos tres de sus más insistentes opositores suscritos a esta causa -que es la nuestra- tienen vinculaciones directas con elementos depositarios de ese supuesto "antisemitismo y racismo intolerables": Jorge Figueroa Cruz, por ejemplo, siendo Presidente de la Corporación de Defensa de la Soberanía (citada por el parlamentario en su redacción, como vimos) y opositor acérrimo de Parque Pumalín, es casado con una distinguida dama de origen judío, algo que de seguro también desconoce el señor Navarro, como tantas otras cosas.

En tales circunstancias, las declaraciones y afirmaciones del señor parlamentario nos parecen de una audacia y de una desubicación insólitas. Indigna más aún recordar que él, particularmente, guardó un silencio sepulcral desde su lugar en la representación popular cuando fue el propio Congreso Nacional, a través de la Comisión de Recursos Naturales, Bienes Nacionales y Medio Ambiente de la Cámara, el que le hizo llegar a Mr. Tompkins un cuestionario con fecha 1º de agosto de 1995, donde se le preguntaba directamente:

"¿La fundación fomentará la introducción de pobladores israelitas, en el objeto de crear una República denominada Andin (sic)?"

La pregunta se hacía refiriéndose evidentemente al susodicho Plan Andinia.

Sólo nos queda especular que el desinterés manifestado entonces por el señor Navarro podría deberse a la falta de los nexos y las dependencias que hoy ya tendría con los proyectos en territorio austral a los que nosotros nos hemos opuesto.

 ¡Y TAMBIÉN VIOLAMOS LOS DD.HH.!

Luego, pretendiendo establecer algo así como un "perfil" del opositor a los proyectos pseudo ecologistas que se experimentan en el Sur de Chile, Navarro cae en descalificaciones aún más insolentes y estólicas, asegurando con incomprensible propiedad:

"...de hecho, vemos en los opositores a la obra del Sr. Tompkins a personas de dudosa categoría moral, que incluso se han visto comprometidas en delitos de violencia política".

Pasa, a continuación, a relacionar a un empresario nacional con el asesinado del General René Schneider y luego asocia nuestra oposición contra Pumalín a la intervención de "empresarios ligados al Pinochetismo", en uno de los pocos instantes en que su redacción se desprende momentáneamente de la permanente generalización.

Pero luego, saltando nuevamente a un peldaño más de generalización tendenciosa, procede a proclamar el anatema de que todos quienes diferimos de su escasamente convincente devoción por el laboratorio de Pumalín o Corcovado, estaríamos:

"...éticamente inhabilitados para criticar y mostrarse como adalides defensores de la patria".

No puede haber una afirmación más irresponsable, especialmente si consideramos que provienen de quien se vende electoralmente enarbolando la bandera de la tolerancia y del respeto a la diversidad.

Aun suponiendo que entre la mayoría de los habitantes de Chile que -no nos cabe duda- son opositores a Tompkins, puedan encontrarse personas complicadas en los hechos que el señor Navarro indica, con el mismo argumento me permito recordarle que uno de los principales representantes del magnate en Chile y gran defensor del mismo en nuestros días, según denuncias formuladas por representantes de la propia Concertación, ostentaría en su currículo vinculaciones directas con un organismo de seguridad del Régimen Militar, además de desempeñarse en un medio de comunicación de la internet que el propio Gobierno del Presidente Ricardo Lagos, a través de su entonces ministro José Miguel Insulza, definió como una orquesta de ex miembros de la CNI reorganizados en una suerte de grupo periodístico. El señor Navarro debe estar muy al tanto de la persona a la que nos referimos, pues corresponde también a quien se desempeñaba como tesorero de la Fundación EDUCEC de Tompkins, precisamente la encargada de distribuir jugosos cheques de colaboración para los adeptos del magnate en nuestro país.

Como se sabe, además, el señor Navarro es un fervoroso defensor de las actividades autonomistas de pequeños grupos indígenas agrupados en torno a la llamada Coordinadora Arauco-Malleco, cuyo más importante socio colaborador nacional es un empresario de Collipulli ex miembro de un grupo asociado -en el discurso de la izquierda tipo liberalsocialismo a la que pertenece el señor parlamentario- a la ultraderecha y a la participación en el llamado "tanquetazo" de junio de 1973, personaje procesado por asociación ilícita durante el año 2002 tras una querella interpuesta desde el propio gobierno de la Concertación. Imagino que Navarro, que ahora propone leyes "a la medida" para algunos huelguistas de este movimiento acusados de terrorismo y atentados incendiarios, también debía tener necesariamente conocimiento de la existencia de este personaje tan influyente dentro del alzamiento de los grupos eufemísticamente llamados "indígenas", en el Sur de país.

Demás está recordar, también, que un medio noticioso nacional, hacia 1999, relacionó a un conocido compañero de bancada del señor Navarro con la supuesta dirección subversiva del comando terrorista que voló el puente ferroviario Queronque de Limache, en febrero de 1986, dejando 68 víctimas fatales y cerca de 500 heridos. ¿Significaría esto, de ser real, que el señor parlamentario tampoco cuenta con la habilitación ética para criticar y mostrarse como adalid de éste o cualquier otro tema nacional? ...Buena pregunta. El Senador Navarro puede confirmar esta gravísima denuncia en el mismo medio de internet donde trabaja y escribe permanentemente el mismo ex tesorero de Douglas Tompkins señalado más arriba y compañero suyo en la defensa ciega de Pumalín.

Mal podría aceptarse, entonces, que un señor al que se le pueden identificar vínculos y relaciones (directas o indirectas, tal como las que nos señala a nosotros) con estas personas, venga a dictar cátedras de responsabilidad ante la Patria, especialmente a quienes pertenecemos a grupos de investigación y conmemoración histórica que nos hemos caracterizado por marginarnos ejemplarmente de los circos de egoísmo electoralista y de febril ambición de poder, verdadera causal de la violencia política en nuestra historia nacional.

ACUSO RECIBO, SENADOR

Ya se me había insultado antes en tono genérico e impersonal, por ser un opositor públicamente declarado de Douglas Tompkins. Las descalificaciones no me sorprenden ni me afectan.

Lo que inquieta y molesta profundamente, sin embargo, es que ahora, según Navarro, formamos parte de un conglomerado de delirantes, antisemitas y violadores de derechos humanos. Mi currículo crece, por lo que veo.

Creo que la arrogancia y prepotencia del parlamentario Alejandro Navarro Brain para descalificarnos en tan ambiguo tono, no tienen parangón en lo que ha sido este largo debate en torno a la creación de los parques santuarios de Pumalín y Corcovado, algo indigno e inaceptable si proviene de quien luce el alto cargo de Senador de la República y goza, así, de los mejores sueldos del sector público existentes en Chile, armados con los impuestos de todos los ciudadanos chilenos (incluyendo los míos), sin distinción de adeptos o detractores a los proyectos con los que comulga el señor parlamentario.

Su actitud sólo me recuerda el nivel de violencia que el propio Tompkins habría manifestado recientemente en contra del director del medio argentino "Comunas Litoral", don Francisco Tomás González Cabañas, según la denuncia penal presentada por el propio afectado en la 1ª Comisaría de la Ciudad de Corrientes. En la ocasión, el magnate habría empujado al director periodístico durante un encuentro social y le habría hecho gestos amenazantes de degüello, de acuerdo a lo que reproduce también el periódico "Corrientes Noticias", en su edición del martes 4 de julio del 2006.

Nietzsche dijo alguna vez: "Las calumnias son enfermedades de los demás declaradas en nuestros cuerpo"... Teniendo en consideración y conociendo muy bien el tipo de relación que el magnate Tompkins mantiene con sus defensores en Chile, no queda más que preguntarse por la íntima motivación descalificatoria del señor parlamentario.


Centro Informativo de ALERTA AUSTRAL - Santiago de Chile - http://www.alertaaustral.cl - 2006