RSE Y NACIONALISMO:
¿DÓNDE ESTÁN LAS VERDADERAS
INICIATIVAS SOCIALES?

por Gustavo Burton


El RSE o Responsabilidad Social de la Empresa, es un término que durante el último tiempo ha venido sonando cada vez más fuerte, ¿cuál es su verdadero alcance en el Chile de hoy? ¿cuál es su rol en una sociedad o pensamiento verdaderamente nacionalista?

Ancho y Tiempo

Para introducirnos en el complejo y a la vez sencillo tema de la Responsabilidad Social de la Empresa, identifiquemos dos conceptos que nos serán de gran utilidad para comprender mejor las dimensiones en las que se mueve una empresa de cualquier tipo: Ancho y Tiempo.

El ancho guarda relación con un aspecto puramente operativo de la organización, se refiere a su tamaño en términos de las personas o ámbitos sociales y naturales a los que afecta con su operación o acción, por ejemplo, una empresa de naturaleza fiscal como la refinería de petróleo de Concón, ciertamente afecta a toda una comunidad, no sólo por los cupos laborales que ofrece a la gente de la zona, sino además porque sus residuos sedimentan el fondo de las playas aledañas o se elevan oscuros y majestuosos al aire costero a través de sus potentes chimeneas. Ese es un ejemplo claro del ancho, pues esta empresa, genera además todo un movimiento comercial en su entorno, incluyendo el tan bullado caso de los pagos por el arreglo de sus jardines.

Aquí la relación es simple: A mayor tamaño operativo de una empresa, mayor es su ancho, pues empresas transnacionales como The Coca Cola Company, Nestlé Foods, Telefónica, Ford Motor Company, Microsoft, etc., no sólo afectan a su entorno directo, sino a toda una comunidad de países, gobiernos, etc.

El tiempo, es la medida en la cual la empresa proyecta su operación en el corto, mediano o largo plazo, claramente no es igual una empresa que se proyecta como un proyecto de mediano plazo a otra que pretende existir generación tras generación.

Un ejemplo en este caso, podría ser la construcción de una carretera o de un edificio, que si bien son construcciones pensadas para durar en el lago plazo, en términos de proyecto de construcción son de plazo o tiempo relativo, pues se ejecutan en plazos definidos.

De esta forma una empresa o directorio, siendo consientes de estas variables, reconocerán que en el ancho y tiempo, su operación va afectando en profundidad y tamaño a una colectividad de personas, al medio ambiente, a un gobierno, etc. Así tomarán las acciones adecuadas para cumplir con las normativas legales que regulan su actividad, o desarrollarán los planes más apropiados para reducir la tensión natural de las relaciones humanas.

Responsabilidad Social Empresarial

El último tiempo, se ha definido el RSE como esa “vuelta de mano” de las empresas a la sociedad, pues muchos vemos cómo ellas han reconocido el grado en que han afectado a la comunidad y su entorno o han traspasado sus normativas de regulación, desarrollando planes tanto hacia adentro de la organización como hacia fuera. Por eso no resulta extraño que hoy existan programas de educación o de mejoramiento continuo hacia los empleados o la declaración ISO 24.000 sobre buenas prácticas sociales y medioambientales.

Pues en verdad, amable lector, con una mirada un poco más crítica de la realidad, podemos decir, que en virtud de sostener un modelo liberalista (o neoliberalista) de mercado, pocos se han enriquecido a costa del sacrificio de muchos, las grandes corporaciones financieras no han dejado de absorber el capital humano de las pequeñas empresas, o las compañías transnacionales no han escatimado esfuerzos en desbaratar las organizaciones de empleados, sindicatos y pequeñas corporaciones.

La responsabilidad social empresarial, bajo este punto de vista, vendría a significar lo mismo que esconder el polvo debajo de la alfombra, pues las pymes ya están lo suficientemente agobiadas con los intereses de los bancos, las personas ya estamos lo suficientemente envenenados con el aire contaminado, o en las comunas apartadas, las personas están lo suficientemente empobrecidas por el abandono o la falta de oportunidades.

No podemos creer que una palmadita en la espalda tape el tremendo agujero social en que nos tienen las políticas neoliberales del gobierno o lo brutal de las transnacionales, no podemos creer en las las cifras de cesantía que entrega el gobierno, los índices de crecimiento que no logran aliviar la vergüenza de la pobreza o la falta de oportunidades de las comunas apartadas de nuestro país.

Preguntémonos ahora ¿Quién se beneficia?

Amable lector, para muchos, el RSE es una gran iniciativa, y en algunos casos de verdad lo es, pero vayamos un poco más lejos, imaginemos que el mayor impacto en ancho y tiempo de las grandes empresas esté en el ámbito madioambiental. Es innegable, las empresas contaminan, los aerosoles dañan la capa de ozono, las empresas de plásticos, petróleo y las metalúrgicas envenenan las aguas y el aire, más aún si experimentan un crecimiento en su tamaño o ancho.

Las grandes empresas pueden reconocer que afectar el aire o contaminar las aguas tiene un costo, es cierto, no se puede seguir adelante porque en algún momento la situación no dará más, entonces se buscará limpiar la imagen pública con lo más obvio: Dinero.

Pongamos en este punto la mayor atención, pues un directorio aprobará el presupuesto por el financiamiento de una acción que aporte a limpiar su imagen pública, ahí nace la idea de las fundaciones ecologistas, las ONG's verdes, que como los grandes visionarios del RSE, han visto en esto una oportunidad de negocio, pues una institución ecologista, como toda fundación sin fines de lucro, está beneficiada con exenciones tributarias, acogida a la ley de donaciones y créditos (ART. 60 de la ley 18.681/87), es decir, realizar donaciones a estás “iniciativas verdes” no sólo vendría a limpiar la imagen, sino además constituye un buen negocio que libera de los impuestos.

Mirando un poco más allá, imaginemos lo rentable que puede ser para un grupo económico internacional (como el representado por Douglas Tompkins y su esposa) el desarrollar iniciativas conservacionistas como un parque ecológico, con instalaciones turísticas, cabañas, un hotel de lujo, yates, etc. Más aún sabiendo que nuestro gobierno propicia la inversión extranjera con créditos y nuevas exenciones tributarias. Cosa que no ocurre con las iniciativas de chilenos, cuyos créditos están afectados a las brutales tasas de interés bancarias.

Bonos carbono

En este estado de situación, la Responsabilidad Social Empresarial, se sale del marco planteado al inicio, para transformarse de una iniciativa social humanitaria, de beneficencia (como se podría llamar), a un lucrativo negocio, esto queda más claro cuando definimos uno de sus más emblemáticos “productos de consumo”: Los llamados Bonos carbono.

¿Qué son los Bonos carbono?

Una definición básica es que los bonos de carbono es un mecanismo que nació al alero del protocolo de Kyoto, el cual obliga a que los países desarrollados reduzcan sus Gases Efecto Invernadero (GEI).

En la práctica, y con el objetivo de cumplir con sus metas de reducción de emisiones, los países desarrollados (y sus instituciones, empresas, holdings, etc) pueden financiar proyectos de captura o abatimiento de estos gases en otras naciones -principalmente en vías de desarrollo como Chile-, acreditando tales disminuciones como si hubiesen sido hechas en territorio propio. Esto abarata significativamente los costos de cumplimiento.

En concreto, esto significa que una empresa u organización chilena que disminuye o ayuda a paliar las emisiones de CO2 puede vender esta reducción a empresas de países desarrollados que estén obligadas a emitir menos GEI, generando beneficios tanto económicos como ambientales. Como es el caso del Parque Pumalín, donde la venta de estos bonos de carbono será sólo la punta de este gran iceberg, el mall de la ecología.

Está demás decir que el mercado de carbono se viene desarrollando a nivel mundial desde 1996, pero sólo en los últimos años adquirió mayor fuerza. Se estima que sólo en el año 2002 se transaron bonos equivalentes a 70 millones de toneladas.

En definitiva, donde estaría el verdadero RSE Chileno?


Sin lugar a dudas las verdaderas iniciativas de corte social escasean, en nuestro país la cesantía, el abandono y la falta de recursos de las comunas apartadas de nuestro país ya no extraña a nadie, son parte del paisaje, y en época de elección, son un argumento de rating para los candidatos. Nada más.

Una mente y corazón con una ética social REAL, es naturalmente nacionalista, pues el nacionalista en primer término, ama a su país por sobre todas las cosas y no perseguirá el lucro ni el lavado de imagen a costa de la venta de su patria o de su gente, y en segundo término propondrá iniciativas de Responsabilidad Social Empresarial que vayan en beneficio directo de los pequeños cuerpos sociales, sindicatos, corporaciones, clubes, agrupaciones artesanales y colonos.

En verdad, una política de Responsabilidad Social Empresarial Nacional, se desarrolla en nuestro suelo, en nuestra sociedad, con las personas que dan trabajo a nuestra gente, levantando el slogan Hecho en Chile, con beneficios desde los chilenos hacia los chilenos.


Centro Informativo de ALERTA AUSTRAL - Santiago de Chile - http://www.alertaaustral.cl - 2005