por Gustavo Burton L.
Carta enviada a
todos los medios de prensa en octubre de 2005
Este jueves 13 de octubre se cumplen 10 años del fallo arbitral de Laguna
del Desierto, 10 años desde que en 1995 los chilenos perdimos 530 kilómetros
cuadrados de valioso territorio, lleno de reservas de agua dulce y minerales
aún no explotados.
Esta lamentable pérdida, responsabilidad del entonces
presidente Patricio Aylwin Azócar y de su canciller Enrique Silva Cimma, se
suma a los 100.000 km2 de aguas territoriales entregadas durante el régimen
Militar y a Campos de Hielo Sur entregados durante el Gobierno de Eduardo
Frei, dejando de manifiesto las débiles posturas que históricamente han
sostenido nuestros gobiernos al momento de hacer valer los derechos
territoriales del país, sobretodo ante el gobierno Argentino.
Muchos chilenos aún sostenemos que este arbitraje jamás
debió ser aceptado o validado por Chile, aun a riesgo de empobrecer las
relaciones con Argentina, jamás se debió vacilar en la convicción de la
soberanía sobre esos territorios, del mismo modo que jamás se debieran
aceptar futuras negociaciones que impliquen entregar porciones de territorio
a naciones extranjeras, como se pretende hacer hoy con Bolivia ante una
posible salida al mar. Laguna del Desierto fue y es chilena, igual que
Campos de Hielo Sur, la Patagonia e incluso las Malvinas. Chile y su suelo
no deben ser regalados bajo ningún motivo ni vendido a ningún precio.